
La atención sanitaria del futuro se transformará mediante la incorporación de consultas virtuales y teleasistencia, así como el aprovechamiento de la inteligencia artificial para mejorar la precisión de los diagnósticos y detectar patrones de riesgo en los historiales clínicos de los pacientes. Esta revolución tecnológica requerirá una inversión significativa por parte de la Xunta, que destinará 200 millones de euros en un período de cuatro años para la digitalización de la atención sanitaria.
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, enfatizó que esta transformación no tiene la intención de reemplazar a los médicos por máquinas, ya que eso sería imposible. En cambio, las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, los algoritmos y otros sistemas de datos, serán herramientas que ayudarán al personal sanitario en la toma de decisiones en cuanto a diagnóstico y tratamiento.
El Plan Estratégico de Transformación e Salud Dixital 2023-2026 tiene como objetivo avanzar hacia un modelo de centros sanitarios inteligentes. Entre las medidas a implementar se encuentran la teleasistencia y las consultas en línea, así como el desarrollo de asesores virtuales para los ciudadanos. También se desarrollarán nuevas aplicaciones para la prevención y promoción de la salud, y se trabajará en la creación de una historia clínica inteligente. Se digitalizarán las imágenes de anatomía patológica y se establecerán sistemas de diagnóstico remoto para que los médicos puedan revisarlas a distancia. Además, se empleará la inteligencia artificial en los procesos de diagnóstico por imagen para lograr una mayor precisión. Se implementarán sistemas de gestión inteligente de las unidades de cuidados intensivos (UCIs) y se utilizarán sistemas de optimización para la gestión del quirófano. Además, se utilizarán impresoras 3D y se realizarán simulaciones para la planificación quirúrgica.
La inteligencia artificial también permitirá la detección de anomalías en pacientes crónicos que se monitorean desde sus hogares, así como la identificación de patrones de riesgo en los historiales clínicos de los ciudadanos, lo que ayudará a realizar cribados específicos para detectar determinadas enfermedades.
Además de abordar esta revolución tecnológica, la sanidad también se enfrenta al desafío de reducir su huella de carbono. El presidente de la Xunta destacó que las actividades sanitarias son responsables del 5% de las emisiones de gases de efecto invernadero, y gran parte de esta contaminación proviene de los sistemas de anestesia. Para mitigar este impacto, el Servicio Gallego de Salud (Sergas) reducirá al máximo el uso de anestesia inhalada, habiendo adquirido 98 máquinas de altas prestaciones por un valor de 5 millones de euros.
Según los cálculos de la Xunta, la adquisición de estas máquinas permitirá reducir las emisiones producidas en el área sanitaria de A Coruña y Cee en una cantidad equivalente a 1.300 vuelos entre Barcelona y Copenhague, o un volumen de CO2 similar al que absorberían 40.000 árboles. El presidente de la Xunta destacó que este proyecto es pionero en Europa. Además